¿Realmente funciona tu dieta?

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Es probable que muchos de nosotros hayamos seguido (o hayamos intentado seguir) una dieta en algún momento de nuestra vida, ya fuese para perder unos kilos de más, para favorecer la ganancia de masa muscular o para mejorar nuestro estado de salud intentando corregir algún marcador como el ácido úrico o la creatinina.

El problema es que en muchas ocasiones estas dietas no funcionan y en caso de que funcionen solo lo harán durante un breve periodo de tiempo, provocándonos más adelante un efecto rebote, es decir, una ganancia de peso mayor del que hemos perdido.

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Pero, ¿entonces por qué no funcionan la mayoría de las dietas?

La razón por la que muchas dietas fracasan es porque no tienen en cuenta la adherencia al tratamiento.

La adherencia es un factor muy importante a la hora de pautar una dieta. Es la cantidad de tiempo que el paciente es capaz de realizar un tratamiento, y si el tratamiento es adecuado, por lo general cuanta mayor adherencia, mejor, porque los cambios no se producen de la noche a la mañana.

Esta adherencia se consigue simplemente flexibilizando la dieta o el plan de entrenamiento personalizado hacia las preferencias del paciente. Por ejemplo, si una dieta A te indica que debes comer avena y una dieta B te indica que debes comer arroz, y a ti sin embargo te gusta más el arroz, es más probable que dures más tiempo (te adhieras más) en la dieta B, y dado que el arroz y la avena son alimentos con un valor nutricional muy similar, a priori la dieta B nos aportaría mejores resultados a largo plazo.

Con el entrenamiento ocurre lo mismo; si te gusta más el tenis que salir a correr, juega a tenis, y si prefieres el cardio a la musculación, adelante con el cardio.

El problema es que muchas personas no entienden que una dieta más dura no es necesariamente mejor. A muchas personas les asusta comer queso, chocolate puro o frutos secos a la hora de adelgazar a pesar de que estos alimentos les encantan. Una buena dieta, sin embargo, sí que debería incluirlos (aunque no hay ningún alimento imprescindible, pero si el paciente disfruta de estos alimentos y ninguna patología le impide comerlos no existe ningún problema con su inclusión en la dieta).

En Equilibrium no solo tenemos en cuenta tus objetivos, sino también tu historial deportivo y nutricional y tus preferencias en ambos campos, por lo que somos capaces de diseñar seguimientos personales con gran adherencia. ¿No te lo crees? ¡Ven a comprobarlo por ti mismo, échale un ojo a los servicios que ofrecemos!

Un saludo,

Guille Andreu Robles.