Existe mucho revuelo actualmente sobre el aceite de palma y su supuesta relación con todo tipo de enfermedades y problemas relativos al estado de salud, pero, ¿sabes exactamente qué hay detrás de todo esto?
El aceite de palma es un aceite vegetal comestible derivado de la palma aceitera. Posee un color rojizo debido a su alto contenido en beta-caroteno. Tiene una gran cantidad de ácidos grasos saturados y a temperatura ambiente adopta un estado semisólido.
Aunque es común en África, Asia y Brasil, se usa en la industria alimentaria de una gran cantidad de países desarrollados debido a su bajo precio y su alta estabilidad ante procesos térmicos.
Es un sustituto muy común de las grasas trans, ya que el aceite de palma es bastante más barato y se funde al entrar en contacto con la boca, pero el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) alertó posteriormente a la población de que el aceite de palma no es un sustituto saludable de las grasas trans.
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Antes de nada, conviene que nos centremos en dos problemas principales; el riesgo de enfermedades cardíacas y el cáncer.
Una gran cantidad de estudios y revisiones científicas muestran un aumento del riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, pero otras muestran incluso mejoras ante este tipo de problemas. De hecho, el Colegio Americano de Nutrición aceptó el uso del aceite de palma en lugar del de las grasas trans, y otros estudios descubrieron que el aceite de palma fresco reducía la presión arterial media.
Lo que es todavía más sorprendente es que se realizó un estudio con dos grupos para evaluar marcadores relativos al riesgo cardiovascular; uno suplementaba su dieta con 25 ml de aceite de palma y otro grupo suplementaba su dieta con 25 ml de aceite de oliva virgen extra. ¿El resultado? «No se encontraron diferencias significativas».
Parece que la oxidación es la responsable del riesgo para la salud que supone el aceite de palma, y una de las evidencias es la siguiente.
En cuanto al cáncer, un estudio de este mismo año descubrió que cuando el aceite de palma se refina a 200 grados, libera un contaminante capaz de generar tumores en roedores, por lo que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) lo ha establecido un riesgo potencial para la salud de quienes lo consumen en altas cantidades.
De todos modos hay que considerar que este estudio se realizó en animales, y la propia EFSA no ha vetado el aceite de palma como tal, pero sí alerta sobre los posibles riesgos relacionados con la presencia de contaminantes en aceites vegetales refinados.
Aunque el aceite de palma refinado a altas temperaturas puede ser peligroso, quizá conviene más que nos preocupemos por otros «nutrientes» que incluimos más a menudo en nuestra dieta como el azúcar de los productos procesados o el alcohol.
Si quieres conocer más información sobre el aceite de palma, échale un vistazo a este vídeo;
Un saludo,
Guille Andreu Robles.