5 «alimentos» no tan sanos como crees

El marketing en la industria alimentaria es un tema que causa bastante polémica porque en muchas ocasiones se recurre a publicidad engañosa que nos lleva a comer alimentos que no deberíamos y además pagando precios bastante altos por ellos. Estos 5 alimentos son ejemplos de lo que digo.

1 – Zumo de frutas

Muchísima gente cree que el zumo de fruta es un alimento sanísimo cuando esto está bastante lejos de la realidad. Hacer zumo con las frutas implica 5 cosas;

  1. Lo primero es que estás usando muchísimas frutas en un solo zumo y te estás quedando solo con el azúcar que contienen. Si no te fueras a comer 4 naranjas de una sentada, ¿te beberías su azúcar?
  2. Lo segundo es que como nos quedamos una cantidad tan alta de azúcar desprovista de fibra y en estado líquido, esta pasa a la sangre de forma muy rápida, pudiendo provocar una hiperglucemia. Si llegamos a este estado, nuestro páncreas intentará hacer rápidamente que este nivel de azúcar en sangre baje, y como la subida ha sido tan brusca, probablemente se producirá una hipoglucemia, es decir, justo la situación contraria; habremos metido mucho azúcar en las células y como nuestro cerebro se dará cuenta de que los niveles de azúcar en sangre son bajos, nos enviará señales en forma de hambre, por lo que nos forzará a comer más y más, provocando una ingesta de azúcar y de calorías muy alta.
  3. Lo tercero es que este zumo te lo estás bebiendo mucho más rápido y lógicamente sin masticar en comparación con su pieza equivalente de fruta, por lo que la baja saciedad que te supone beberte este zumo junto con la sensación de hambre que te genera va a hacer que termines comiendo más de lo que te gustaría.
  4. Lo cuarto es que con el procesado no solo estarás perdiendo la fibra, sino que también se pueden perder algunas vitaminas y minerales de las frutas.
  5. Lo quinto es que si has comprado un zumo industrial, seguramente le habrán añadido más azúcar de mesa además de la que ya contiene de forma natural, y también conservantes y colorantes para mejorar la calidad sensorial del producto.

zumo

2 – Bebidas edulcoradas y salsas sin calorías

Otro problema que suelo ver mucho es que la gente piensa que puede beberse todas las bebidas edulcoradas que quiera y condimentar sus platos con una cantidad enorme de salsas sin calorías. El problema aquí es que solo estamos considerando la cantidad de calorías, y encontramos tres problemas principales;

  • El primero es que estos alimentos a pesar de no tener azúcar también pueden alterar la respuesta que produce nuestro cerebro y en definitiva pueden provocar que aumente nuestro apetito y terminemos comiendo más.
  • El segundo problema es que recurrir a estos productos constantemente puede aumentar nuestro umbral del dulzor, que es la sensación que tenemos de estar comiendo algo dulce, por lo que cada vez necesitaremos consumir más estos productos para sentirnos satisfechos. Al final terminaremos perdiendo el gusto por el sabor de la comida de verdad y directamente recurriremos a alimentos más procesados y palatables.
  • El tercero de los problemas es la reacción que puede provocarnos el consumo de edulcorantes.

Aunque a dosis bajas por lo general son seguros, los edulcorantes pueden afectar a muchas de nuestras funciones metabólicas como las que producen las bacterias de nuestro tracto gastrointestinal o la secreción de insulina por parte de nuestro páncreas.

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3 – Fiambre de pavo en lonchas

El fiambre de pavo en lonchas es un engaño en el que la grandísima mayoría de las personas cae.

El problema en este caso no son los macronutrientes, porque es una muy buena fuente de proteínas prácticamente sin ningún otro macronutriente, pero si nos centramos en los ingredientes la cosa cambia considerablemente.

El fiambre de pavo por lo general tiene un porcentaje de carne muy bajo en comparación con el de la carnicería para el precio que tiene este producto. Esto se debe a que tanto el porcentaje de agua como el de conservantes suponen una cantidad bastante significativa. Es decir, en realidad lo que estás haciendo es pagar más por un producto que prácticamente no te está saciando y que no te está aportando tantas proteínas como podría aportarte una carne mucho menos procesada.

Es cierto que este producto puede ser más apetecible que una pechuga de pollo a la plancha, pero si optas por él a la larga eres tú quien está perdiendo en dinero y en salud.

4 – Galletas y chocolate sin azúcar

Otro de los productos de los que no podemos fiarnos son las galletas y el chocolate sin azúcar.

Aunque podemos hacer nuestras versiones caseras de estos alimentos usando alimentos de verdad como avena, dátiles o cacao en polvo, muchos recurrimos a su consumo pensando que estamos haciéndole un favor a nuestra salud eligiéndolos, pero esto no es así.

Estos alimentos por lo general están cargados de edulcorantes, conservantes, aceites vegetales refinados y harinas refinadas, que son ingredientes que pueden favorecer el riesgo de que suframos una gran cantidad de patologías.

Lo cierto es que con respecto a las galletas industriales, nunca o casi nunca van a ser un alimento saludable, así que vale la pena que seas tú quien las cocine de forma casera controlando los ingredientes que utilizas o que simplemente sustituyas este producto por opciones más saludables como una pieza de fruta y un vaso de leche.

Con respecto al chocolate, vale la pena que elijas uno que tenga al menos un 75% de cacao, en lugar de elegir un chocolate con menor porcentaje de cacao y mayor cantidad de azúcares o de edulcorantes.

5 – Cereales fitness

Hay muchísimos cereales que se venden como saludables cuando en realidad no lo son, pero las cajas con una silueta femenina y curvas marcadas o los envases coloridos con dibujos muy llamativos nos intentan hacer creer que sí.

La mayoría de cereales de desayuno no son saludables aunque destaquen algún nutriente como el calcio, la fibra o las vitaminas. En muchos casos la realidad es que estos productos están cargadísimos de azúcar, no tienen tanta fibra como deberían, aportan una cantidad bastante alta de calorías y pierden una cantidad considerable de minerales y vitaminas durante su procesado.

En cualquier caso, no me malinterpretéis. Aunque no recomiendo el consumo de ninguno de estos productos, sí que os aconsejo que en vez de comeros una bolsa de patatas fritas por ejemplo, en su lugar os comáis un filete de pescado con una cucharadita de mostaza sin calorías.

Un saludo,

Guille Andreu Robles