En este artículo hablaremos sobre los malos hábitos de sueño que se pueden desarrollar, ya que en tiempos de cuarentena es más fácil la alteración de éstos.
Estudios indican que, en situaciones normales, entre el 30% y el 40% de la población ha sufrido insomnio en algún momento de su vida, y del 9% al 15% han desarrollado insomnio crónico, sin saber cómo descansar mejor.
La falta de sueño puede afectar a la persona de diferentes maneras, algunas de estas afectaciones son:
Las personas con desórdenes en el sueño pueden presentar alteraciones en la regulación endocrinológica de las funciones metabólicas. Esta pérdida de homeostasis corporal lleva a la posibilidad de sufrir obesidad y enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus tipo 2.
En un estudio llevado a cabo se mostró que con dormir 4h en dos noches se producían cambios hormonales que llevaban a un incremento del apetito y sensación de hambre.
Existen múltiples evidencias sobre las repercusiones cardiovasculares que tiene el insomnio. Se ha demostrado que individuos cuyas horas de sueño abarcan entre 7 u 8 horas tienen tasas de mortalidad más bajas que aquellos que duermen más o menos horas. En países como Noruega o Japón se ha estudiado el incremento de riesgo de infarto agudo de miocardio en personas que sufren insomnio.
El insomnio afecta directamente sobre el estado mental de las personas. Un alto porcentaje de personas que sufren insomnio están diagnosticados con depresión. Estos pacientes sufren episodios depresivos que van precedidos por ataques de insomnio.
Dado que nos encontramos en una situación de pandemia mundial a causa del COVID-19, clasificaríamos este apartado como el más importante por el cual debemos evitar el insomnio debido a la situación en la que estamos.
La privación del sueño tiene efectos deletéreos sobre el sistema inmune de la persona, ya que hay una relación recíproca entre sueño e inmunidad. Se ha demostrado que en las personas que sufren insomnio hay una disminución de la respuesta inmune hacia la vacuna de la influenza, vacuna la cual debería ayudar a reducir el riesgo de infección respiratoria.
También cabe destacar que, en el caso de personas hospitalizadas, la falta de sueño o insomnio hace que sean más vulnerables a posibles infecciones que se puedan adquirir en un ambiente hospitalario que aquellos que no sufren de dicha falta de sueño.
En resumen, la falta de sueño es un factor muy importante que afecta de diversas formas al ser humano, por lo que es recomendable establecer una rutina de sueño que nos permita dormir las horas necesarias para mantenernos en nuestro mejor rendimiento tanto físico como mental.