Si tu y tu pareja sois de los que les encanta estar activos y probar nuevos retos juntos, tenéis que probar esta nueva tendencia llamada Acroyoga. A continuación, os explicaremos los principios de esta práctica, así como 3 ejercicios fáciles para probar este San Valentín. Si bien es verdad que estos ejercicios pondrán a prueba vuestras habilidades a la hora de conectar con vuestras parejas a nivel físico, psicológico y sentimental; por lo que es esencial tener una mente abierta y mucha paciencia si se trata de vuestra primera experiencia en esta práctica.
Para aquellos que no hayáis escuchado hablar de esta práctica, la palabra Acroyoga deriva de las palabras “acrobacia” y “yoga”, ya que en esta práctica se fusionan estos dos conceptos. Es una actividad en la que se requiere la compenetración mental y física de dos individuos para llevar a cabo posturas extraídas del yoga, pero con un giro interesante. Esta mezcla logra armonizar movimientos relajantes y meditativos con otros más dinámicos y desafiantes, creando una fórmula muy potente y popular, que ya ha captado la atención de muchas parejas.
En la práctica, la sesión de Acroyoga se compone de dos momentos: uno lunar y otro solar. La fase lunar se refiere al estiramiento y el proceso de relajación por el que empezaréis y acabaréis la sesión. Mientras que en la parte solar, o fase más activa, se realizan las figuras corporales de elevación y posturas de balance mútuo. Durante la fase activa determinaréis los roles de cada integrante:
Base = es la persona que generalmente se mantiene más en contacto con el suelo y se encarga de mover y equilibrar a la otra persona. Debe mantenerse firme y adaptarse a los movimientos de su pareja, ya que en la mayoría de posturas será su único punto de apoyo.
Volador = es la persona que por lo general es más ligera y ágil. Tendrá que mantener el equilibrio al ser movida y elevada, a la vez que comunicar en todo momento cualquier duda o complicación con el base.
Los expertos en Acroyoga, como Andrea Dattoli Escobedo, llevan muchos años promoviendo los beneficios del Acroyoga, que no son pocos. Nosotros nos hemos centrado en aquellos que ayudan a mejorar la unión de la pareja tanto a nivel físico como psicológico y sentimental. Además de estos beneficios, es una práctica que resulta muy divertida cuando se realiza de forma segura y con la pareja adecuada.
Antes de nada, para una buena práctica, se debe estar seguro antes de probar cualquier postura. Para la seguridad y prevención de lesiones de los practicantes es muy importante asegurarse de calentar bien previamente y estar en constante comunicación con tu pareja para saber cómo os sentís a medida que realizáis las posturas. Esta comunicación puede también fomentar la confianza en ti y en tu pareja necesaria para progresar en tu práctica de Acroyoga. A primera vista, algunas posturas pueden parecer imposibles, pero no dejes que esto te desanime; dedicadle tiempo y esfuerzo y ya veréis como progresáis rápidamente. El Acroyoga es para todos, por muy poca flexibilidad o fuerza que pienses que tienes, la clave está en relajarse y conectar con tu pareja. Asi que dicho esto, os dejamos 3 posturas para probar donde queráis (hasta en el salón de casa) perfectas para iniciaros en esta práctica. Esperemos que lo disfrutéis!
– El base se coloca de forma supina en la esterilla y extiende sus brazos a cada uno de los lados del cuerpo, con las palmas hacia abajo.
– El volador encara al base y se coloca a la altura de la punta de los dedos del pie del base.
– El base coloca sus pies en las caderas del volador.
– El volador y el base conectan manos. El volador se echa hacia adelante, empujando las caderas hacia los pies del base, apoyando su peso en los pies del base.
– El base dobla las rodillas cuando siente el peso del volador y las estira (*¡hay que asegurarse de que las piernas del base están en un ángulo de 90 grados! Si el base tiene los tendones de la corva muy tensos, puedes colocar una sábana doblada debajo del sacro para dar más libertad de movimiento)
– Para bajar: el base dobla las rodillas poco a poco para que el volador pueda conectar los pies otra vez con el suelo.
– El volador se coloca dando la espalda al base y coloca un pie a cada lado de su cuello.
– El base coge los tobillos del volador y coloca los pies cerca de los glúteos del volador.
– El volador dobla las rodillas para sentarse en los pies del base.
– El base estira lentamente las piernas, sujetando todavía los tobillos del volador.
– El base pasa a coger las manos del volador, primero una y luego la otra.
– El volador se sienta recto y estirado, con las rodillas alineadas con las palmas de la mano del base.
– Para bajar: el base vuelve a cambiar el agarre de las manos a los tobillos, y lentamente dobla las rodillas de manera que el volador pueda conectar otra vez con el suelo.
– Opción: haz la transición Pies a Espinilla (la siguiente postura)
– Desde la Postura del Trono, el base dobla las rodillas lentamente y coloca los pies del volador en sus espinillas, con las manos sobre los pies para aguantarle.
– El volador estira las piernas poco a poco para levantarse mientras que el base coloca sus piernas paralelas al suelo.
– Vuelta al Trono: el base vuelve a llevar las manos a los pies del volador, el volador dobla las rodillas para volver a sentarse mientras que el base estira las piernas y lleva los pies de nuevo a los glúteos del volador.
– Para bajar: El base cambia el agarre y le vuelve a coger los tobillos al volador, y poco a poco dobla las rodillas de manera que el volador pueda volver a conectar con el suelo.
Aquí os dejamos con un video donde se explica con mucho detalle todos las posturas que hemos descrito, asi como algunas otras para practicantes primerizos. ¡Feliz San Valentín a todos!